MANOS QUE DIBUJAN
Después
de asistir a una feria de arte y ver como otras personas se
enfrentan a lo que sus manos manipulan, a ese producto final que nos
ofrecen como arte, me pregunto qué es para mí el dibujo.
Cuando
estudiaba la carrera de Bellas Artes, sentía que era mala en dibujo.
Amaba las líneas porque eran palabras, palabras que
trazaban un recorrido en el tiempo; pero, en mis dedos, se
paralizaban, se frenaban, se volvían de mentira, no tenían voz
propia. Eran palillos que levantaban una endeble estructura que se
asemejaba a una figura, a un objeto, al modelo que se nos imponía
como ideal. Creo que siguiendo ese camino nunca hubiese llegado a
conformar un dibujo.
Persiguiendo
líneas he descubierto que el primer dibujo se halla en los pasos, en
el desplazamiento. Nos movemos para descubrir el cuerpo que nos
acompaña, la estructura-móvil que se transforma, crece, muta.
La
línea no define el contorno de un cuerpo, lo nombra después de
observar como se mueve en un espacio y medir su elasticidad en el
tiempo. El dibujo como lenguaje que rescata al cuerpo.
(Marlo tras sus pasos)
Hola, Mar:
ResponderEliminarEsta entrada tuya me ha hecho recordar este poema de Aníbal Núñez.
La belleza no está, es decir, no sólo
está en las alas de mariposa
(carta de la ilusión inalcanzable),
habita, sobre todo,
en la delicadeza de los dedos
que cuidadosamente la dan suelta
sin que mota celeste de polvillo
quede en las yemas huérfana de vuelo.
Besos
¡Qué bueno!
EliminarEl lenguaje es cercano, sí.
Grazie, por traerlo hasta aquí.
Un beso