Bobin
Lo que espero
es lo imprevisto, y solo eso. En todas partes, siempre. En los dobleces de una
conversación, en el vado de un libro, en las sutilezas de un cielo. Lo acecho
tanto como lo espero. Lo que no me espero, es lo que espero.
Autorretrato
con radiador, Bobin.
Me danza por
el cuerpo la emoción de descubrir a un escritor nuevo. Y no ha sido un
descubrimiento cualquiera, como bien se puede intuir por la cita al
comienzo del presente escrito, sino un festivo encuentro que me acompañará siempre.

“Al despertar, dos azucenas de cada tres se habían
quebrado, agobiadas por el peso de sus flores. Con un cuchillo corté los tallos
por encima de su herida. Las flores siguen abriéndose, fértiles, blancas,
manchadas de naranja. El agua se les sube a la cabeza con mayor rapidez – el
agua y acaso la soledad, el silencio, el gozo de vivir sin prudencia alguna.”
A Bobin no le
conoce mucha gente. En parte porque, de todos sus libros, solo existen dos
traducidos al español en el mercado editorial actual: Autorretrato con radiador y Un
simple vestido de fiesta, y quizá también porque es un escritor sin trampa
ni cartón. No se viste para el público, más bien se desviste ante el lector sin
querer, y le incomodan las entrevistas que apenas concede. Pero se me antoja
que puede haber otra razón. Creo que para su lectura hace falta no esperar nada
de antemano, echar los prejuicios al cubo de la basura y tener todo el tiempo
del mundo, aunque se disponga de media hora. Media hora sin tiempo. Creo que
esto requiere de una actitud que hemos olvidado.
Recomiendo la
lectura de Bobin porque pertenece a esa clase de escritor que construye. Es
importante construir, se puede, aunque muchos no lo crean. Incluso para
destruir inteligentemente hay que construir. Estoy cansada de los discursos que
comienzan con las palabras: denuncia, crítica, juicio, como los entrantes de un anunciado y suculento menú. Suele ocurrir que uno se queda hambriento.
No es el caso de Bobin.
Sus libros son
de cocción lenta. “Los libros con buena
salud se escriben en la calma. Salen de la conciencia del escritor como los
sueños surgen de un descanso feliz. Son libros escritos para seguir viviendo y
durmiendo en calma.” Libros escritos desde el gozo y la locura: “Definitivamente no me gusta la cordura.
Imita demasiado a la muerte. Prefiero la locura - no la que se padece, sino con
la que se baila”.
Buen provecho.
(Todas las citas son del libro Autorretrato con radiador)
(marlo relamiéndose)
Hola Mar
ResponderEliminarEstaré al acecho de sus libros. Siempre es el momento de la sorpresa...
Hola Viajero. Te los recomiendo los dos (y si sabes francés tienes acceso a muchos más), también para los momentos de calma de los viajes... Un abrazo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias, Marlo, por esta recomendación. Sólo por esta frase "Lo que no me espero, es lo que espero" merecería la pena hacerse con este libro.
ResponderEliminarGracias, de nuevo.
Abrazos y besos.
Para mí ha sido un gran descubrimiento Ilkhi.
EliminarSi le llegas a leer, ya me contarás.
Un fuerte abrazo.